
La aventura de Pingüinito

¡Pingüinito y Ardilla son muy distintos!
A Pingüinito le gusta:
- El hielo
- Nadar en agua fría
- El color blanco, como la nieve
- Los abrazos de mamá
A Ardilla le gustan:
- Los árboles
- Conocer nuevos lugares
- Los colores del amanecer
- Sentir el viento en sus orejas
Aunque Pingüinito y Ardilla son diferentes, son muy buenos amigos.
Por eso, en cada una de sus aventuras, Ardilla guarda semillas de eucalipto, que recién caídas del árbol tienen una parte blanca. Esa parte blanca hace que se vean como si estuvieran cubiertas de nieve y por eso a Pingüinito le encantan.
Cada vez que Ardilla visita a Pingüinito lleva una nueva semilla como regalo y Pingüinito la guarda como si fuera un tesoro. Entonces Ardilla y Pingüinito comparten, juegan y ríen, pero pronto llega el momento en que Ardilla tiene que volver al bosque.
Cuando Ardilla se va, Pingüinito se siente triste; es entonces cuando sabe que necesita un abrazo de Mamá Pingüina.
Mamá Pingüina le pregunta por qué está triste y Pingüinito confiesa que quiera hacerle un regalo a su amiga Ardilla, pero no sabe qué puede darle. A Mamá Pingüina se le ocurre una idea para un regalo y le propone a Pingüinito que vayan juntos para entregárselo.
Pingüinito está tan emocionado que casi no puede dormir.
Al día siguiente, antes de que salga el sol, Mamá Pingüina se va a pescar. Pingüinito entonces se da cuenta que no puede esperar más ¡tiene que darle el regalo a Ardilla! Aunque Mamá Pingüina le ha dicho que no salga solo, Pingüinito se va a entregar el regalo sin ella.
Pingüinito avanza tan rápido como puede, pero después de un rato se da cuenta que no sabe dónde está. Aunque el árbol de Ardilla se puede ver desde su casa, al estar dentro del bosque, ya no lo encuentra.
Pingüinito sigue caminando, pensando que pronto llegará, pero al pasar el tiempo se da cuenta que está perdido: no puede encontrar el árbol de Ardilla y tampoco sabe cómo volver a casa ¡Pobre Pingüinito! busca ayuda, pero no encuentra a nadie.
El regalo que Pingüinito lleva es un trozo de hielo, en el cual se reflejan los colores del amanecer. Pero el amanecer está terminando y el hielo se derrite.
Mientras tanto, Mamá Pingüina vuelve a casa y busca a su pequeño por todos lados, cuando no lo encuentra, sale a buscarlo. Se encuentra con Ardilla, quien iba a visitar a Pingüinito y se dividen para encontrarlo; Mamá Pingüina avanza a pie, mientras Ardilla intenta verlo desde las copas de los árboles.
Pasan los minutos, luego las horas, pero Ardilla y Mamá Pingüina no encuentran a Pingüinito. Entonces, Ardilla ve un árbol de eucalipto que le recuerda a su amigo. Ella se acerca y ¡qué sorpresa! ve a Pingüinito desmayado a su sombra.
Mamá Pingüina y Ardilla tienen que llevar a Pingüinito a casa y cuidarlo. Cuando Pingüinito por fin despierta, ve que Ardilla está a su lado. Pingüinito pregunta qué pasó y cuando le cuentan toda la historia, él se siente muy mal. Pingüinito se disculpa con Mamá Pingüina y Ardilla.
Pingüinito entonces se pone a llorar, porque no pudo entregar el regalo que tenía para Ardilla, pero Ardilla le dice: “El único regalo que necesito es que estés aquí y que estés bien cuando vuelva de mi próxima aventura”.
Cuando Ardilla se va, Pingüinito le pregunta a Mamá Pingüina por qué Ardilla no se puso triste al no recibir su regalo y Mamá Pingüina responde:
“!Ardilla es muy inteligente! ella sabe que el mejor regalo es el vínculo que tiene contigo” Pingüinito la mira, confundido, así que mamá le explica “Lo que le importa a Ardilla es que ustedes son muy unidos y no necesitan regalos para demostrarlo”
Pingüinito se siente feliz, pero decide que de todas maneras quiere darle el regalo a su amiga Ardilla. Mamá Pingüina le promete que pronto lo harán ¡juntos!